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Saturday, May 7, 2011

HOMENAJE EN EL DÍA DE LAS MADRES



Para Aura Elena Zamora de Febres-Cordero
En su día…

Tendida en una silla de extensión en el jardín, descanso de una semana agitada. Al cerrar los ojos siento el placentero calor del sol sobre la cara. Entre continuas interrupciones de mi hija pidiéndome que le ponga crema, le prenda la manguera o vea como se pone los anteojos para tomar el sol ―y preparándome desde ya para trasnocharme una vez que mi hijo regrese de una fiesta ―pienso en lo que mi mamá significa para mí.
En el recuerdo, se asoman a mi cunita unos ojos tristes que descienden desde lo alto y que se alegran al cargarme. Son los suyos. Su sonrisa es amplia, luminosa… y me abrazo a ella buscando ese calor. En el recuerdo, la fragancia de Jean Marie Farina se mezcla con el aroma del café recién colado. Me deslumbra, sí, el brillo dorado de sus argollas mientras llega hasta mí con anticipación el tintineo de las pulseras que anuncian su presencia, el taconear de sus zapatos y el revolotear de un vestido floreado. Ella me protegía, me protegía siempre, cuando corría llorando “mamaíta, mamaíta”, huyendo del acoso de una hermana, usualmente la mayor.
Debo agradecerle a mi mamá el haberme transmitido su aire desenvuelto y desenfadado, la fuerza de su carácter y la confianza en sí misma, que se traducía en sentirse y saberse una mujer querida… y amada por encima de todo por el hombre maravilloso que tuvo a su lado, adorándola, hasta que la muerte los separó.
De ella aprendía a razonar con serena inteligencia y a desarrollar mi habilidad manual. Ella me hizo ver que soy Nella, gorda o flaca, bonita o fea, y que debo ante todo quererme para que los demás hagan lo propio. Siempre reconoció mis logros con justeza.
Quiero decirte, mamá, que a ti debo el alto sentido de la familia que tengo, puesto que junto con mi papá creaste un mundo lleno de amor y felicidad. Gracias por salpicarme con tu belleza y tu sapiencia.
Es por esto que quiero rendirte un merecido homenaje por todos los años que dedicaste y dedicas a los siete hijos que te tocó amar, lidiar y educar.
Bendición mamaíta... 

Introducción del libro Madre no hay sino Una!
Nella Febres-Cordero
Armitano Editores
Vemezuela




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